Mara
Cuando te enfrentas a una enfermedad potencialmente mortal como el cáncer de mama, hay muchas cosas contra las que luchas. Están las batallas físicas: Quimioterapia, agotamiento, náuseas, operaciones… Hay batallas emocionales: ¿Qué será de mi familia? ¿Cómo les proporciono amor y apoyo cuando apenas puedo levantarme? ¿Cómo puedo mantener el ánimo? Luego están las batallas financieras: De repente, no puedo trabajar y me sumo a los gastos de mi hogar… ¿Cómo podemos llegar a fin de mes cuando nuestros ingresos familiares se han reducido a la mitad y nuestros gastos han aumentado?
Ésa es la batalla que el Fondo Rosa nos ayudó a aliviar a mí y a mi familia. Se convirtieron en nuestros Guerreros y nuestros Héroes. Justo cuando se nos acabaron los ahorros y no estábamos seguros de cómo íbamos a pagar la próxima hipoteca, justo cuando me iban a operar y no tenía ni idea de cómo íbamos a pagarlo… El Fondo Rosa intervino, sacó un montón de billetes de nuestro plato y dijo: «¡Tenemos esto para vosotros!». Se ocuparon de nuestras facturas durante un mes para que pudiéramos respirar… Me dio paz y calma cuando más lo necesitaba. Le dio tiempo a mi marido para centrarse en mí y en nuestro hijo. Nos dio el momento que necesitábamos para reconocer lo que era más importante… mi salud y mi vida… Cuando recibí su carta y leí la larga lista de facturas que cubrirían, lloré de alivio… Fue como si alguien agitara una varita y me liberara de la preocupación para afrontar este siguiente paso.
Estaré siempre agradecida a esta organización… Son ángeles en la tierra.
~ Mara